la poesía nunca es escape
pero leerla hace otro
sentimiento
no el de ser escrito
-no algo tan cursi-
si no de recibir la imagen
y mecerla mirando su sombra
preguntar ¿a dónde termina?
-si tampoco veo el infinito-
de esa manera
lo que ha mantenido la
cabeza de mi cuerpo
y mi cuerpo de la tierra, es
lo sentimental
que no me hace sentir solo
cuando se me acorta la respiración
por la arquitectura donde
estoy alojado
con una calor, pronunciada
y el daño que recepto al
escuchar,
lo que jamás sabe dar
un consejo
(aunque de ello ya lo dije
antes
es mejor desafectarse)
y en un poema
que no sea de instrucciones
destructivas
pueda edificar un descansado
y así seguirle a cualquier instrucción
como la de usar un control
remoto
No hay comentarios:
Publicar un comentario