siento el ultima dia
en la brizna del jardin
el peso de las hormigas
en el cadáver con piel
siempre a la hoguera
su peso es pensar sus picaduras
esta la hebra de rocío
en una dulce corriente solar
que tiene que diluirse en las telarañas
de la complicidad
nunca por su utilización
en el deseo de lo pensado en lo que se desea
mil inundados mas
que de arriba
esta la vista de la casa a la muerte
como son todos los deseos
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